Posts Tagged ‘literatura’

Entrega del premio Julio Camba

jueves, 29 noviembre, 2012

   El día 22 de Noviembre  se celebró  en el centro  cultural  Novacaixagalicia la entrega del premio Julio Camba que fue entregado al abogado y escritor Jose Manuel Otero Lastres.

Se trata del galardón de periodismo que convoca anualmente Novacaixagalicia, que en esta edición recayó  en Otero Lastres por «la sensación de ser como los demás» que fue elegido de entre otros 48 artículos escritos en castellano.

Reseña de la novela "El campo de Bucéfalo" publicada en la revista "Notario"

martes, 20 diciembre, 2011
José Aristónico García Sánchez

No hace mucho, en el nº 38 de esta revista, nos sorprendíamos de que un jurista en activo y decano además de los abogados de Barcelona, Pedro Yúfera, fuera capaz de escribir con pericia y elegancia una novela cuya trama no perdía el interés a pesar de estar basada, como era de suponer, en coyunturas y episodios legales.

Ahora otro jurista, nada menos que un afamado catedrático de Derecho Mercantil, José Manuel Otero Lastres, nos sorprende, y no es la primera vez, con una novela cuidadosamente editada (Pigmalión 2011) con el título de El campo de Bucéfalo cuya portada, por cierto, ha sido diseñada por el genial Eduardo Arroyo con la efigie de un caballo que evoca el que solo podía montar el gran Alejandro y con el que el protagonista ha bautizado también a su caballo favorito y el autor a su obra.

La novela, como era de esperar, es un hábil thriller de contenido jurídico que entrelaza peripecias de la vida personal, social y profesional de un joven abogado, brillante y resuelto, que se ve prendido en una trama obscura de corrupción en la que están implicadas altas instancias políticas y judiciales, y para cuya comprensión podría presumirse necesaria cierta preparación específica que, sin embargo, gracias a la habilidad narrativa del autor, no resulta precisa.

«La novela contiene bellas digresiones sobre las costumbres y usos sociales en cacerías y reuniones de la sociedad actual y mantiene con pulso certero el ritmo de la acción desvelando con insospechada pericia los hilos de la trama para mantener en todo momento despierto el interés del lector»

La novela está escrita con pulcritud de lenguaje y de sintaxis, y describe en forma precisa y elegante los escenarios en que el protagonista desarrolla su actividad, Madrid, las sierras cercanas donde practica la caza y la hípica, y su Coruña natal, con bellas digresiones sobre las costumbres y usos sociales en cacerías y reuniones de la sociedad actual. También mantiene con pulso certero el ritmo de la acción desvelando con insospechada pericia y de forma sabiamente dosificada los hilos de la trama para mantener en todo momento despierto el interés del lector. No es fácil interrumpir su lectura, y esto ya es un buen elogio de la obra.

La lectura de esta novela permite a cualquier jurista reencontrarse entre las coordenadas de la práctica de foro y despacho que ya conoce y en las que podría verse retratado, y a los no juristas conocer los entresijos, ciertamente emocionantes en ocasiones como ocurre en el caso de esta novela, de las profesiones jurídicas. Y a unos y otros deleitarse con las andanzas del protagonista, joven letrado idealista y preparado, entre los personajes y episodios de una trama negra que mantiene sin altibajos el interés del lector durante todo su desarrollo.

Si uno es de donde descansan sus muertos, entonces yo soy sin duda de aquí

martes, 16 agosto, 2011
 La voz de Galicia

El vínculo sentimental con Cee le viene a Otero Lastres de parte de su madre. Hasta que ella falleció, en el 2000, aun iba a la localidad de la Costa da Morte con cierta frecuencia. Ahora lo hace menos, pero sus orígenes los tiene bien claros.

«Mi madre, mi abuelo, mis tíos están enterrados aquí, si uno es de donde están sus muertos, entonces yo soy sin duda de aquí», dice.

Es un ceense orgulloso y convencido, y tanto él como su amigo, procurador en Madrid, Argimiro Vázquez Guillén, de la misma procedencia, cuenta, muestran sus orígenes con orgullo. «Es un pueblo tan generoso que hasta prestó sus siglas a la Comunidad Económica Europea y nunca cobró nada por ello», bromea.

Ahora regresa con menos frecuencia. Su familia ya no tiene casa en la localidad y, confiesa, «cuando uno se casa acaba pasando más tiempo allá de dónde es la familia de su mujer». Veranea desde hace años en Mera y allí, seguro, sigue recordando sus orígenes.

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