¿Para cuándo la ley de huelga?

La Voz de Galicia

Nuestra Constitución reconoce a los trabajadores el derecho fundamental de hacer huelga para defender sus intereses. Y prevé también que el ejercicio de este derecho será desarrollado por una ley que establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad. Sorprendentemente, desde la entrada en vigor de la Constitución, hace casi 35 años, sigue sin cumplirse el mandato constitucional de promulgar una ley de huelga.

El reconocimiento constitucional de este derecho y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional han sido suficientes para que pudieran desarrollarse las numerosísimas huelgas que hubo hasta ahora, algunas de ellas generales. No debe extrañar, pues, que haya ciudadanos que piensen que cumplir el mandato constitucional de que se regule el ejercicio de este derecho es algo que no interesa a los políticos, ni a los sindicatos. Otra cosa es lo que interesa a los ciudadanos, ya que muchas huelgas, tal y como se vienen realizando, perjudican notablemente sus intereses.

No es discutible democráticamente que si ven amenazados sus intereses los trabajadores tienen el derecho a interrumpir temporalmente el trabajo con el fin de protegerse. Pero las huelgas raramente suelen quedarse en el hecho de faltar al trabajo. Muchas más veces de las deseables hay actuaciones de algunos trabajadores que van más allá de lo que les ha otorgado la Constitución para la defensa de sus intereses. Todos hemos oído hablar de piquetes coercitivos que coaccionan a los trabajadores que desean trabajar para que vayan a la huelga. Y en la guerra del lenguaje se utiliza el término eufemístico de piquetes informativos para encubrir la ilícita conducta de aquellos.

Pero lo que es inadmisible son los numerosos destrozos que causan los más exaltados. Con ocasión del inicio de la huelga de basuras aparecía en portada de La Voz la fotografía de unos fardos ardiendo en la planta de Nostián. Hubo además una actuación coordinada en Eirís y A Grela para prender varios fuegos, crear falsas alarmas de incendios y cometer otros sabotajes, lo que generó daños de 600.000 euros. ¿Tiene algo que ver esta atrabiliaria forma de actuar con lo que es una huelga para defender los -no me cabe duda- legítimos derechos de los operarios encargados de la recogida de basuras?

La ley de huelga es necesaria al menos para la generalidad de los ciudadanos. En ella, habrá que tener en cuenta que quienes sufren sus consecuencias no son solo los empleadores, sino también todos nosotros. Por eso, no sería mucho pedir que en la deseable ley de huelga se intente evitar que el ejercicio de este derecho cause un daño innecesario a la generalidad de los ciudadanos.

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