Las cajas gallegas y las fusiones
A pesar de la eficacia del sistema de control que viene ejerciendo el Banco de España sobre nuestras entidades de crédito, las dificultades para obtener financiación en los mercados mayoristas exteriores –debidas a la crisis financiera internacional-, y el deterioro del valor de los activos inmobiliarios –que sirven de respaldo a los créditos hipotecarios-, han situado a aquellas entidades en una posición económica, cuando menos, delicada. Y aunque es cierto que la debilitada salud de nuestro sistema financiero se presenta como un estado pasajero, se intenta evitar que los problemas de viabilidad que se han generado en algunas entidades de crédito, de mediano y pequeño tamaño, acaben provocando una pérdida de confianza general en el todo el sistema.
Por esta razón, para mantener y reforzar la confianza en nuestro sistema financiero se han adoptado recientemente un conjunto de medidas que persiguen una reestructuración ordenada de las entidades de crédito, que desemboque en la subsistencia de aquéllas que sean sólidas y que puedan acceder el mercado del crédito con normalidad. Los procesos de reestructuración regulados se desarrollan a través de tres fases. En la primera, se pretende que la entidad de crédito en apuros busque una solución privada. En la segunda, se prevén medidas –que suponen también una solución privada, pero ordenada y reglada- para eliminar las debilidades que puedan afectar a la viabilidad de la entidad de crédito con la participación de los Fondos de Garantías de Depósitos. Finalmente, se establecen los procesos de reforzamiento de los recursos propios mediante operaciones de reestructuración en las que interviene el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, creado a tal efecto.
En este clima de reestructuración, se comprende que hayan comenzado ya las fusiones de algunas cajas de ahorro. Así, se ha acordado hace unos días la de las Cajas de Sabadell, de Terrassa y Manlleu. Están bastante avanzadas las conversaciones para fusionar Unicaja y Cajasur, a la que podría añadirse Caja de Jaén. Y han tenido lugar los primeros encuentros para la fusión de Caja España y Caja Duero. De llegar a buen término estas operaciones, las Entidades resultantes ascenderían notablemente en el ranking bancario español.
¿Qué va a pasar con las cajas gallegas? Desde luego, todo parece indicar que ninguna de las dos va a llegar a ver comprometida su viabilidad en los próximos meses. Antes al contrario, sus estados financieros apuntan a que mantienen una posición sólida dentro del sistema financiero español y que podrán acceder con relativa facilidad a los mercados mayoristas de financiación. De lo cual se desprende que no necesitan entrar “por necesidad” en ninguna operación de reestructuración. Otra cosa es que, ante las operaciones de fusión que se avecinan y que van a hacer ganar posiciones a otras cajas, se piense en la conveniencia de crear una gran caja gallega (fusionándose las dos o absorbiendo a alguna de otra autonomía) que se convierta en la principal entidad bancaria de Galicia. El comienzo de conversaciones en esta dirección disuadiría de otros posibles intentos de una caja de mayor tamaño de otra autonomía de absorber a una de las nuestras. Lo cual debilitaría de manera inaceptable el sistema financiero gallego.