Al Hombre Moderno no le dejan reflexionar, está asediado

La Voz de Galicia
Domingo 12 de Junio de 2011

«La calle para mi es la mejor universidad, y la calle antes era una calle sana, allí adquieres una flexibilidad de trato que te permite hablar con cualquiera». A quien lo dice se le notan las tablas, la cercanía con su interlocutor, la charla amigable y el lenguaje franco y humilde. Algo que no siempre brilla en quienes, como él, tienen un currículo que apabulla. José Manuel Otero Lastres (Cee, 1947), acaba de presentar su segunda novela y trabaja ya en la tercera. Es escritor, sí, pero también catedrático de Derecho Mercantil en la Universidad de Alcalá de Henares, lleva su propio despacho y es directivo del Real Madrid. En el 2009 presentó La niña de gris, su primera novela, ambientada en Cee. Acaba de publicar la segunda, El campo de Bucéfalo.

-¿También aparece en ella su villa natal?

-No, La niña de gris tenía mucho de Cee, y esta tiene mucho de Mera, donde veraneo.

-Estuvo firmando en la Feria del Libro de Madrid. ¿Qué tal fue?

-Firmé algunos ejemplares. Estuve bastante tiempo y me vino muy bien, porque vi a gente que hacía tiempo que no veía, pero no lo tuve fácil porque al mismo tiempo firmaban libros María Dueñas y Vargas Llosa.

-Cuénteme algo de la trama para ir incitando al lector.

-Arranca con un pleito por una patente farmacéutica. Alguien falsea una prueba con el nombramiento de un perito corrupto y el juez condena a una empresa madrileña a pagar 8.500 millones de pesetas. Es una trama de corrupción en la que hay un juez del Supremo, un funcionario del Ministerio de Interior…

-Se ve que el tema toca su ámbito profesional, ¿no estará basada en hechos reales?

-Siempre hay alguna referencia, porque construyo la ficción desde unos residuos de realidad.

-¿Anda así la Justicia en España?

-Es un mundo que conozco bien. El balance de la Justicia que hace mi personaje es que hay que creer en ella aunque al estar en manos de los hombres es imperfecta. Hay casos puntuales, como el médico que encarga pruebas innecesarias o el periodista que recibe un sobre por informar. Somos humanos y hay de todo.

-¿En qué género la enmarca?

-El escritor Lorenzo Silva dice que es el primer thriller legal de la literatura española. Los hay en otras lenguas, como las obras de John Grisham, pero aquí es la primera.

-¿Cuándo volverá la Costa da Morte a otra obra suya?

-Pues ya estoy escribiendo la siguiente que tiene mucho que ver con Cee. Se titulará El nicho deshabitado, y se imagina de qué va (se basa en la desaparición del cadáver de Crisanto López del cementerio de Toba). Quiero tratar de captar en ella la esencia gallega. Si García Márquez cogiera nuestra realidad creo que podría hacer la novela de la historia.

-Catedrático, abogado, directivo de un club como el Real Madrid. ¿De dónde saca tiempo para escribir a ese ritmo?

-Yo distingo el tiempo de pensar del de ejecutar. Dedico mucho a mi despacho y mucho a la universidad. Pero en mi tiempo de ocio, cuando paseo, voy pensando en mi historia y un hilo lógico me conduce de una escena a otra, y así hasta el final. Durante los veranos, en Mera, escribo todas las mañanas, y también por las mañanas lo hago los sábados y los domingos. La clave es organizarse bien. Y el oficio.

-¿De dónde la viene la vocación?

-Tengo una afición reciente a la literatura. De pequeño me gustaban otras cosas. Estar en la calle con los amigos y estudiar lo mínimo para aprobar. A los diez años me fui a vivir con mi familia a A Coruña y allí lo que me gustaba era vivir en la calle y jugar al fútbol y hasta hacer algunas gamberradas, pero pocas, porque yo, como mi personaje de El campo de Bucéfalo, nací en una cuna que ponía «sensatez».

-Y además de novelista, es articulista.

-Mi mujer a veces me dice que soy un poco impúdico cuando escribo mis artículos en La Voz, pero a mí no me gusta escribir de política, sino de otras cosas, más propiamente humanas. Al hombre moderno no le dejan reflexionar, lo tienen bombardeado, asediado por las noticias, y a mi me gusta reflexionar. Me gustaría que se dijera de mi: este hombre es un humanista.

-Y pasando al fútbol sin dejar la literatura. ¿Qué tal la marcha de Valdano?

-Valdano es un hombre que se formó a sí mismo, muy respetado en la izquierda intelectual madrileña. Ha dotado al fútbol de una mística intelectual más allá del propio partido.

-¿No había sitio para él y para Mourinho?

-Mourinho se jugaba mucho con sus declaraciones públicas: ser el máximo responsable del equipo y hacer una campaña con una estrategia. No tenía sentido inutilizar esa estrategia cuando Valdano enviaba un mensaje diferente. Y está claro que hoy en el Madrid solo hay dos personas imprescindibles. Él, el mejor entrenador del mundo, y Florentino.

-¿Y Mourinho es igual en el trato personal que en las ruedas de prensa?

-Para nada. Es una persona culta, encantadora. Fui con el equipo a Milán. Nada más sentarme en el avión se levantó, me saludó y me dio la bienvenida por ser mi primer viaje con él y con el equipo. Ningún entrenador había tenido antes esa deferencia. Es educadísimo. En sus declaraciones públicas actúa como pararrayos. Le quita presión a sus jugadores y la concentra en él mismo.

josé manuel otero lastres catedrático de derecho mercantil

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